EL
HOMBRE QUE HABLÓ CON LA MUERTE
Desde el primer golpe, el viejo Jonás sintió
inquietud, pero sólo al tercero decidió levantarse. Era como si, en la playa,
alguien se hubiera desbarrancado y, desde un largo rato atrás, no pudiera incorporarse.
Por su penosa enfermedad, bastante trabajo le costaba a Jonás bajar de
la cama, pero, con su último esfuerzo, destapó las mantas y puso un pie en el
piso de madera. Afuera, la noche era una sustancia material, de brea, y había
tanta neblina, que tuvo que alumbrarse con una lamparilla para no darse con
alguna invisible entidad externa. La mar estaba brava y la espuma
efervescía a cada reventazón. En la
cerca de troncos podridos, a un lado de su faro, encontró al caído. Tuvo que
acercarle mucho la luz para descubrir que se trataba de un ser alto y esquelético,
desmazalado por el agua, que compartía
su pantano personal con su revoltijo de erizos y plumas de gaviotas. Jonás lo
ayudó a levantarse y le preguntó quién era. El desconocido le contestó con una
voz de náufrago que era la Muerte.
Entraron
al faro. La puerta se cerró y el clima humeante de la madrugada quedó afuera.
Jonás colgó la lamparilla en un gancho
de carnicero y, aturdido por un repentino
malestar, se sostuvo en una
columna para no caer. Le pidió a la Muerte que se acomodara por ahí. La bruma
seguía metiéndose al cuarto por las rendijas de la puerta, lentamente, como un
gas venenoso. La Muerte cruzó la
habitación: su esbelta silueta encandeció al trasponer el sector de la lamparilla, y su augusto
esqueleto, firme bajo el hábito marrón se posó suavemente en una silleta. Apoyó la guadaña contra la pared. Jonás, en
vez de volver a la cama, se puso a observar la playa a través de la ventana. A un lado, diluida por
la niebla, veía la caleta con sus
lanchas varadas; y al otro extremo, en la cima del acantilado, la baranda roja
de la costanera: la ciudad, silenciosa y dormida, prevalecía contra la cavidad
atmosférica. Después se dirigió a la mesa. En cuanto lo vio acercarse. La
Muerte se despojó de su capucha de franciscano y su cráneo, redondo y azul
quedó brillando entre las sombras. El
viejo lo veía como una radiografía.
Cuando era
joven y se desempeñaba como guardafaros del patronato del pueblo. Jonás había
sido testigo de insólitos acontecimientos. En una ocasión, en medio de una tempestuosa
marejada, vio al barco fantasma del Sir Walter, el Historiador: en otra, en
desfiles de fantásticas medusas y madréporas anaranjadas; luego una lluvia de
aerolitos siderales bombardeando la acuosa llanura del mar. De modo que, al ver
a La Muerte en su mesa, no le costó mucho creer que sólo él tenía acceso a los
secretos del mundo privados a los demás. De tanto haber pensado en la Muerte en
sus desvelos, en sus larguísimas tardes de solitario, ahora casi la encontraba
familiar. Sirvió un poco de agua en su vaso y se la ofreció: una mano de marfil
se alargó con infinita cautela, se materializó a la luz de la lamparilla, dos
huesecillos se cerraron alrededor del vaso con un débil tintineo. Después de un
largo silencio, interrumpido por el fragor del mar. La Muerte habló. Le conto
que estaba bajando por él, pero que no había visto el tendido de los cables
telefónicos y que se había venido abajo enredado en ellos. Jonás le preguntó si
había tenido mucho trabajo. La muerte suspiró. Le dijo que se imaginara con la
cantidad de guerras y suicidios de hoy en día.
-La vida
se ha vuelto una buena mierda –exclamó.
Jonás tuvo
el desolado estupor de no haber escuchado en su vida palabras más sabias que
ésas. Poco antes de que el patronato desautorizara el funcionamiento del faro,
había perdido lo más preciado de la vida. Todavía recordaba estar navegando de
noche, a filo de viento, gritando un nombre de mujer. Recordaba el sofoco, las
lágrimas, el cuerpo flotando boca abajo y, a la distancia, las aspas de luz del
faro, escarlatas, girando en el vacío. Sin empleo, ni familia, el patronato no
tuvo alma para echarlo. Entonces heredó el faro apagado y se dedicó a su
verdadero oficio: el de fabricante de
lentes.
Hacía rato
que Jonás se había levantado y ahora, la cara vuelta hacia su gabinete, se
afanaba en una labor metódica y oculta.
Trabajaba en silencio, concentrado, pedaleando la biseladora como un afilador
de cuchillo. Se oía el choque de unos instrumentos el rasguñar de un diamante,
un borde vidriado puliéndose en la lija. Cuando terminó, devolvió a su sitio
una luneta aplanática y una planchita de vidrio de sosa. La Muerte le dijo que
tenía pendiente otra epidemia en Ruanda, pero él, absorto en la contemplación
de su obra, no le prestó atención. Volvió a la mesa y le entregó unos anteojos
recién terminados. La muerte alzó la cabeza en dos tiempos, sorprendida,
primero para mirar los anteojos y después al viejo. Se calzo la montura,
ajustándola en los huesos temporales, y probó su agudeza. Jonás se anticipó a la
pregunta y le dijo que había medido la dirección de su astigmatismo por la
distancia entre el faro y los cables. La Muerte le agradeció ceremoniosa, y a
cambio prometió concederle un deseo. Jonás lo pensó un momento. Pidió,
sencillamente… que fuera sin dolor. La Muerte afirmó. `` Las miopatías son
dolorosas, le dijo. Pero está vez haremos una excepción´´. Le suplicó que se
acostara. Jonás lo hizo y la propia Muerte le cerró los párpados, dulcemente.
Cuando
despertó se sorprendió de seguir con vida. No sintió más la flojedad de sus
músculos, ni el dolor, ni la fatiga. Descorrió la cortina y vio, afuera, en el nuevo día, las arenas
relumbrando como limaduras de sal. Y ahora no pregunten por qué soy inmortal.
El escritor Sandro Bossio (Huancayo, 1970) se hizo conocido con
su primera novela –El llanto en las tinieblas, Premio BCR 2001– un relato
histórico en el que “se recrea con pasmosa espontaneidad y con seguridad
extrema, léxico y giros expresivos de los siglos XVI y XVII” (Luis Jaime
Cisneros). Diez años después, Bossio nos entrega su esperada segunda novela, La fauna de la noche (San Marcos,
2011), un thriller cuyas acciones se desarrollan tanto en la violenta Lima de
los años noventa como en la del siglo XVI.
El
asesinato de una autoridad universitaria es el misterio que tienen que resolver
Eduardo, joven estudiante de medicina, y su amigo Gustavo, periodista de un
popular diario limeño. El crimen parece estar relacionado con los ritos de una
ancestral sociedad secreta de médicos, y entre los sospechosos se encuentran
profesores y alumnos de la Universidad de San Marcos. Además de manejar con
destreza la trama policial, Bossio va intercalando en su narración la historia
de los fundadores de esa sociedad secreta y las de todos los jóvenes implicados
en el caso, especialmente su agitada vida nocturna: drogas, prostitución,
homosexualidad, etc.
Así,
las casi 400 páginas de la novela se convierten en un amplio retrato de la
sociedad limeña de fines del siglo pasado. Pero es un retrato demasiado cargado
truculencias y estereotipos (militares homofóbicos, señoronas prejuiciosas) y
en el que la reproducción “fotográfica” del habla de los jóvenes llega a
ciertos excesos. No obstante, La fauna de la noche es un policial original y
ambicioso que confirma a Sandro Bossio como un narrador de interés.
SANDRO BOSSIO ES UN
EXCELENTE ESCRITOR REGIONAL ¿LEISTE ALGÚN CUENTO O NOVELA DE ÉL? ¿QUÉ TE
PARECIÓ?
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sandro bossio nos deja un mensaje
ResponderEliminar"NO SABEMOS CUANDO LA MUERTE VENDRA POR NOSOTROS Y TAMBIEN EL MISTERIO DE COMO ES LA MUERTE" que nos explica con la presencia de la muerte.
ALUMNA : ALVAREZ TABRA JHELINA 3 ºA
SANDRO BOSSIO en este cuento nos deja un mensaje, donde nos representifica a la muerte como un ser esquéletico cansado de muchas muertes y a la vida con "JONAS"un anciano cansado tambien de la vida, el mensaje es que nosotros no sabemos cuando la muerte vendra por nosotros y para ello hay que estar preparados.
ResponderEliminarAlvarez Tabra Jhelina 3º A
no llego a entender lo que dice alvarez tabla "cuando la muerte vendra por nosotro y para ello hay que estar preparados"por que uno no sabe cuando llegara la muerte DE : USCAMAYTA MORALES WILSON Y JULCARIMA TRUJILLO JHON ELVIS 3°B
ResponderEliminarEn este texto nos da a conocer que la muerte no se lleva a las personas malas sino a las personas buenas por quelas personas buenas no sufriran las adversidades del futuro.......................................¡
ResponderEliminarAUCAYAURI CAJA ROY WALTER........................¡ 3B
Tambien es que la vida no es lo mas preciado en esta vida sino que te vayas con la conciencia limpia.
ResponderEliminarAUCAYAURI CAJA ROY WALTER..........................¡ 3B
yo estoy en desacuerdo con roy aucayauri por que dice que la vida no es lo mas preciado . pero si entoy deacuenda con lo que dice que hay que irnos con la conciencia limpia ATENTAMENTE :JHONELVIS.J.JTRUJILLO DEL 3° B
ResponderEliminarLa muerte es pasajera no dejes que te aleje de tus seres queridos ama a tu vida por que muchos te necesitan...............
ResponderEliminarrobert garay valverde 3ºA
SANDRO BOSSIO es un excelente escritor regional que nos da un importante mensaje de como la muerte llega a nosotros no solo con ese cuento sino también en su novela el llanto de las tinieblas de como la discriminación por la clase de persona que es y por lo físico. Este autor nos hace ver la realida. WINI CAJA EGOAVIL 3° "B"
ResponderEliminarestotoy de acuer contigo compañera por que nos trae un buen mensaje y un exelente escritor y quiero que siga asi y que siga escribiendo mas cuentos para poder refrexionar.sapallanay esquivel jack 3 B
EliminarQue bien que nos dejaras esta novela de SANDRO BOSSIO PORQUE ES UN EXCELENTE ESCRITOR REGIONAL, que a nosotros nos falta bastante lectura porque nuestro país esté en un bajo o mejor dicho que somos unos de los peores países en educación, pero gracias a tus enseñanzas que me das cada día lo práctico y también me esforzaré para poder colaborar con mi colegio, con mi ciudad y con mi país.
ResponderEliminarESTUDIANTE:LAZO SILVA PEDRO GUSTAVO 3”B”
En esta lectura podemos observar la seguridad del anciano al no preocuparse al estar con la muerte; la amabilidad que le mostro el anciano, le llevó a una mejor vida como recompensa por parte de la muerte. ¡Las buenas cosas que hacemos tienen una gran recompensa! GUTIÉRREZ MALPARTIDA NELIDA 3B.
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